La diversidad del paisaje geológico español, donde incluso se integra uno de los sistemas de sulfuro volcánico más grande del mundo, ha dotado al país de una amplia gama de importantes recursos minerales como el cobalto, el cobre, el zinc, el hierro, el níquel, el oro y el vanadio.
En esa línea, el viernes pasado, la Ministra para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, Teresa Ribera, presentó frente a los referentes de la industria la Hoja de Ruta para la Gestión Sostenible de las Materias Primas Minerales (ver al pie).
La funcionaria destacó la importancia del sector para reducir la dependencia exterior de materias primas, garantizar la estabilidad industrial y la seguridad climática, así como para afrontar la transición energética con autonomía.
Además, se presentó a audiencia pública la nueva Ley de Minas que sustituirá a la vigente de 1973, proceso que estará abierto hasta el próximo 23 de diciembre.
Ribera invitó a todos los actores de la industria extractiva a participar en él para “modernizar la vigente ley preconstitucional, que ha quedado claramente desfasada con el paso del tiempo”.
Expectativas
La industria extractiva está integrada por cerca de 3.750 empresas, que dan empleo a 320.000 personas en unas 4.650 explotaciones mineras y fábricas, con un volumen de negocio de unos 26.600 millones de euros anuales y unas exportaciones valoradas en 11.800 millones al año.
Recientemente, importantes depósitos de antimonio, barita, bismuto, cobalto, litio y tierras raras, fueron identificados lo que potencia aún más a la región frente a la transición energética.
Si se quiere tener una industria propia, esta transformación requerirá cantidades de metales energéticos como el cobalto, que por ahora se extrae principalmente de la República Democrática del Congo (RDC) plagada de conflictos, y que se procesa y exporta desde China.
En la industria solar
Actualmente, en España ya se puede cubrir hasta un 65% de los costes de una planta fotovoltaica (electrónica de potencia, estructuras, diseño, especialistas, promotores).
No obstante, el 35% del coste corresponde a los módulos solares y la inmensa mayoría se producen en el continente asiático.
Es por esto que Europa necesita de una fábrica propia y España es la líder del proyecto de la megafactoría que requeriría una inversión cercana a los 1.000 millones de euros y cuenta con el respaldo de un grupo de empresas tanto españolas como alemanas.
Las placas solares fotovoltaicas están compuestas principalmente de aluminio (85% de cada panel), cobre (11% de cada panel), además de otros minerales escasos que también juegan un papel crítico en cada una de las diferentes tecnologías como el indio, el cadmio y la plata.
Asimismo, para las instalaciones térmicas solares requieren grandes cantidades de cobre para cableado, bombas, motores eléctricos y el generador; y una cantidad destacada de plata, utilizada para revestir el vidrio de los espejos.
Industria de baterías
Por su parte, el litio es esencial en las baterías de los vehículos eléctricos y para almacenar la energía que producen fuentes renovables de tal forma que pueda liberarse de manera constante y fiable.
La gigafactoría de baterías de litio que Envision y Acciones construirán en Navalmoral de la Mata (Cáceres) estará operativa en 2025 y convertirá a Extremadura en protagonista de lo que algunos llaman la nueva revolución industrial.
En la planta se suministrarán celdas, módulos y paquetes de baterías de alto rendimiento y capacidad energética, pero también se producirán “diferentes plataformas eléctricas y adaptadas para distintos modelos de movilidad innovadores”, según informaron desde la compañía.
La dotación será la segunda de su tipo, después de la proyectada por Grupo Volkswagen en Sagunto, Valencia. Allí los planes pasan también por que la producción de baterías arranque en 2025.
Hace más de un año se anunció también la creación de una fábrica de celdas de baterías en Badajoz liderada por la firma Phi4Tech, pero Envision se ha adelantado para aprovechar el potencial extremeño.
La Hoja de Ruta de materias primas para la Transición ecológica, energética y digital
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