Existen grises que los promotores de este tipo de autoconsumo sugieren revisar. Por un lado, la creación de la figura de los nuevos actores participantes para evitar la competencia directa entre los grandes y pequeños productores.

En segundo lugar, la definición del radio de 500 metros a la redonda de la ubicación del tejado donde se encuentran las instalaciones de paneles solares. En este caso, será necesario revisar excepciones que pueden ocurrir en zonas rurales o parques industriales. 

Estas modificaciones podrían agilizar las tramitaciones para que las Comunidades Energéticas puedan aportar más rápidamente a los objetivos de alcanzar la presencia de las renovables sobre el uso final de la energía en el conjunto de la economía del 42% en 2030. 

La competitividad del autoconsumo es indiscutible, ahorrando entre un 20 y 30 por ciento en la factura de luz y los beneficios de hacerlo a través de la modalidad con renta, son mayores, ya que se evitan grandes inversiones de instalación. 

Esta consiste en que una entidad (ya sea privada o pública) invierte en la instalación de placas en un edificio del barrio. 

Los vecinos que viven en un radio de 500 metros pueden beneficiarse de esa energía, evitando la volatilidad del mercado y pagando una “cuota de mantenimiento”.

En diálogo con Energía Estratégica España, el ingeniero eléctrico y asesor de comunidades eléctricas, Martín Ponsá detecta que aún existe desconocimiento por parte de la población pero que las ayudas del Gobierno están permitiendo una penetración mucho más efectiva y rápida. 

Asimismo, asegura que existen Comunidades Autónomas que están más adelantadas en desarrollar este tipo de sistemas y llevan adelante medidas que favorecen los procesos de tramitación como las del norte de España, especialmente Navarra y el País Vasco. 

“Entre los incentivos del Gobierno nacional y las ayudas fiscales de las juntas autonómicas la amortización de la inversión para el dueño del tejado se acorta a un plazo de entre 3 y 4 años”, describe el ingeniero. 

Otra de  las ventajas que propone es que las instalaciones para los integrantes de la comunidad no son invasivas, ya que solo consisten en una caja en el exterior del domicilio y las conexiones se realizan de manera virtual. 

Esta es la gran apuesta que hace el Ministerio para la Transición Ecológica y sostiene que una mayor participación de la ciudadanía en el sector energético es crucial para el cambio y refuerza el papel de los ciudadanos, garantizando el derecho de acceso a la energía.

“Con la gran cantidad de personas que viven en edificios en Madrid y alrededores, creo  que se podrían alcanzar el objetivo del 7% de ahorro de gas para la generación de la energía que usarían estos usuarios”, concluye Ponsá y agrega que para lograrlo, además se deberá simplificar la conformación de personerías jurídicas para estos casos.