Semanas atrás, la Asociación Empresarial Eólica (AEE) advirtió al Gobierno de España la necesidad de avanzar en aspectos regulatorios para el desarrollo de la eólica marina, como los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM)  –VER ARTÍCULO-.

El Ministerio para la Transición Ecológica (MITECO) a finales del 2021 aprobó el texto definitivo de la ‘Hoja de Ruta de la Eólica Marina y Energías del Mar en España’, donde el principal objetivo es alcanzar entre 1 y 3 GW de potencia de eólica marina flotante.

En esa línea, la propia cartera precedida por Teresa Ribera anunció que para principios del año que viene España pondría en marcha su primera subasta eólica marina para incentivar la tecnología.

¿Qué condiciones se deberían tener en cuenta para esta primera convocatoria? En una entrevista para Energía Estratégica España, Kiko Maza, fundador de WeMake consultores y experto en energías renovables, analiza el tema.

¿Qué opinión le merece a la posibilidad de que España lance el año que viene su primera subasta eólica marina?

Si se confirma sería una gran noticia ya que necesitamos acelerar los pasos previos necesarios para poder instalar parques eólicos marinos. De hecho, si queremos cumplir los objetivos fijados en la hoja de ruta (1 a 3 GW en 2030), ya vamos con retraso.

¿Cuánto volumen (MW) debería licitarse y cuál debería ser el tamaño máximo de proyectos que pudieran participar?

Todavía no tenemos detalles del mecanismo de la subasta. En otros países como Reino Unido, hay dos subastas diferenciadas: la de alquiler de emplazamiento, que asigna espacio y capacidad, y una segunda para asignar tarifa.

No sabemos cómo será en España la subasta pero debería apuntar al gigawatio que es el objetivo mínimo del Ministerio –MITECO-.

Aunque cabe la posibilidad de que esta primera subasta vaya dirigida a proyectos piloto o pre-serie más pequeños donde se puedan probar tecnologías y sirvan para ir creando la cadena de suministro.

Esta posibilidad tiene mucho sentido ya que el salto de cero a proyectos comerciales flotantes de 300 MW se antoja demasiado grande.

¿Hay interés por parte de las empresas por una convocatoria para tecnología eólica marina en España?

Sin duda. Hemos visto en los últimos meses como gigantes del sector eólico se han posicionado, especialmente en Canarias, desarrollando proyectos en el entorno de los 300 MW por proyecto.

Entre los desarrolladores españoles y del resto de Europa, Canarias se percibe como una zona con gran potencial futuro para el offshore gracias a su gran recurso eólico y a la voluntad política por desarrollar el offshore.

¿Qué tipo de aspectos debería contemplar el proceso para incentivar la participación de proyectos a precios competitivos, teniendo en cuenta que se tratará de la primera subasta de este tipo del país?

Hay que tener en cuenta que los proyectos eólicos marinos en España serán casi todos con tecnología flotante.

Esto añade un punto de complejidad a los proyectos y hará que el coste sea mayor ya que es una tecnología todavía en desarrollo que no está siendo instalada en serie en ningún lugar del mundo.

Dicho esto, hay aspectos muy importantes para los desarrolladores como son la conexión a red o los puertos donde el Estado, como organizador de la subasta, tiene capacidad para optimizar o mejorar las condiciones de manera que el coste para los proyectos sea más bajo.

¿Es posible que España pudiera alcanzar en esa licitación precios similares a los de Reino Unido, es decir, en torno a los 105 euros por MWh?

Lo primero aclarar que ese precio de la subasta de Reino Unido fue para un único parque flotante de 32 MW, con lo que es arriesgado tomarlo como referencia. Además, los valores de los CfD de Reino Unido se dan en precios reales de 2012, por lo que habría que actualizarlo a precio de hoy.

Dicho esto, es difícil prever qué precios veremos pero yo no espero precios muy ajustados ya que, hasta que haya en España una cadena de suministro offshore establecida y con volumen (como hay en UK), los costes y riesgos de los proyectos van a ser altos y eso se debería reflejar en el precio de la subasta.