La subasta piloto del Banco Europeo del Hidrógeno dió sus resultados con un éxito significativo para España, que ha asegurado la adjudicación de tres de los siete proyectos ganadores.

263 millones de euros fueron destinados al país de los 720 millones del total, es decir el 36,5%. Según los referentes del sector esto refleja el potencial y la competitividad del país en el ámbito de la producción de hidrógeno renovable. 

En potencia de electrólisis esto significa que España instalará 595 MW de los 1.500 MW totales que deberán empezar a producir en un plazo máximo de cinco años a partir de la firma del acuerdo de subvención que recibirán en forma de prima fija durante un máximo de 10 años.

Tal como lo confirma el texto de la subasta, “esta prima cierra la brecha entre el costo de producción y el precio que los compradores están actualmente dispuestos a pagar por el hidrógeno renovable en lugar del de origen fósil”. 

Entre las tres ofertas españolas que resultaron ganadoras, la andaluza de Benbros Energy es de un valor de 0,38 €/Kg; mientras que las aragonesas del holding de CIP, Enagás Renovable y Fertiberia y la de DH2 Energy es de 0,48 €/Kg. 

Al respecto, expertos señalaron que es “un precio bajo” que solo podrían pedir proyectos muy grandes y aún así sería desafiante. 

Cabe señalar que entre las reglas de esta subasta lo máximo que se permitía solicitar era un tercio del total, lo que se suponía que la cifra estaría en torno al medio euro. 

“Si lograran hacer un proyecto que alcanzara los 4,5 €/Kg, frente a los 5-5,5 €/Kg que cuesta en la actualidad, sigue siendo el doble del valor de producir hidrógeno gris a 2 €/Kg -que incorpora el coste del CO2-, por lo que veo muy complicado lograr la rentabilidad de esos proyectos”, afirma Marcos Rúperez.

En diálogo con Energía Estratégica España, el ingeniero y consultor independiente opina que muchos de esos proyectos “al final rechazarán” porque, sumado al desafío de reemplazar el H2 no renovable en las diferentes industrias, la competencia con el gas será aún más dura, ya que se encuentra en torno a los 30 €/MWh y la tendencia es a la baja.

“No sé en qué momento van a encontrar la rentabilidad de esos proyectos cuando muchos de los que han ganado van a mercados, como el de los fertilizantes, que no están primados; de modo que si pagan más por el hidrógeno verde, es voluntarista”, indica. 

En la misma línea, Sofía Núñez Mier, Responsable de Desarrollo Proyectos Hidrógeno y Gestión Recurso Hídrico en Ansasol, considera que “es necesario encontrar un equilibrio entre la competitividad y la viabilidad financiera para impulsar efectivamente la transición hacia una economía más sostenible en Europa”.

De esta manera cuestiona la capacidad para operar de manera sostenible sin depender en exceso de las subvenciones gubernamentales. 

“Si bien la reducción de los costos es un aspecto positivo en términos de hacer que el hidrógeno renovable sea más competitivo en comparación con los combustibles fósiles, también es crucial garantizar que los proyectos sean financieramente viables y no estén simplemente basados en una competencia de precios insostenible”, enfatiza Núñez.

El próximo paso a seguir es que los seleccionados en esta subasta piloto comenzarán a preparar los acuerdos de subvención individuales con la Agencia Ejecutiva Europea de Clima, Infraestructura y Medio Ambiente (CINEA), y se estima que los mismos se firmen para noviembre del 2024.

Paralelamente, la Comisión extraerá las lecciones aprendidas y consultará a las partes interesadas de la industria sobre el borrador de los términos y condiciones para la segunda ronda de la subasta de hidrógeno, que pretende lanzar antes de fin de año.