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Alicia Carrasco - Nuevos modelos de negocio de la transición energética Hidrógeno almacenamiento flexibilidad red renovables
agosto 11, 2023
Nuevos modelos de negocio. El futuro de la transición energética: ¿cuál es el camino del crecimiento hacia 2030?
Alicia Carrasco, explora oportunidades en las comunidades energéticas, la eólica marina, el almacenamiento, hidrógeno y los modelos de negocio innovadores para cumplir con los objetivos ambiciosos. Asimismo ahonda sobre los retos como la flexibilidad, los vertidos, la volatilidad y la canibalización de precios.

El sector de energías renovables continúa con un crecimiento significativo y un renovado impulso hacia la transición energética que vuelve a poner el foco sobre las necesidades en el desarrollo de modelos de negocios que aún no existen o son muy incipientes.  

El país se ha comprometido a cumplir con sus objetivos de la Unión Europea en cuanto a la reducción de emisiones y el aumento de la participación de las renovables en la matriz energética. 

En este sentido el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC), que se encuentra actualmente en una fase de consulta pública para su actualización 2023-2030, es claramente más ambicioso. 

Por un lado, se incrementaron los porcentajes de renovables sobre el uso final de la energía del 42% al 48%; la generación renovable en el mix eléctrico del 41,7% al 44%

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Así como la nueva potencia de autoconsumo a 19 GW; almacenamiento energético de 20 GW a 22 GW; electrolizadores para la producción de hidrógeno renovable de 4GW a 11 GW; producción de biogás de 10 TWh a 20 TWh.

En esta actualización han influido la ambición climática y de transición energética en Europa con iniciativas como el “Fit for 55”, “Renovation Wave” o “REPowerEU”, iniciativas que responden a descarbonizar la economía y a la urgencia para ser menos dependiente del gas ruso.

La CEO de olivoEnergy, Alicia Carrasco, comparte su visión sobre las tendencias que debería tener la actualidad del sector para conducir las inversiones hacia una transición energética exitosa.

En entrevista con Energía Estratégica España, analiza los retos como los vertidos y la canibalización de precios y ahonda sobre las modificaciones en la regulación. 

¿Qué considera que hace falta para cumplir con los objetivos del PNIEC?

Para poder alcanzar estos objetivos tan ambiciosos es necesario seguir invirtiendo en renovables, pero las preguntas son a ¿a qué precio? Y ¿hasta cuándo? 

Llegará un momento en el que por más renovables que se instalen, la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero sean insignificantes y habrá más vertidos y excedentes de energías que serán desaprovechados, a lo que se suma el problema de la canibalización de los precios. 

Los vertidos de generación renovable es uno de los  grandes desafíos que el sector debe abordar. 

En primer lugar, la intermitencia y variabilidad de las fuentes renovables, como la solar y la eólica, plantean retos en la gestión de la red eléctrica y la necesidad de tecnologías de almacenamiento avanzadas. 

Además, es fundamental mejorar la planificación y la coordinación entre los diferentes actores para afrontar con éxito los retos técnico-regulatorios, que permitan la integración de renovables de forma que sea segura y garantice la fiabilidad de suministro eléctrico. 

Afrontar con éxito este desafío presenta también oportunidades emocionantes para el sector: nuevos modelos de negocio. 

Estos pueden ser: comunidades energéticas, flexibilidad de la demanda, agregación de energía, vehículo eléctrico y almacenamiento. 

O  también la digitalización y la integración de sistemas inteligentes que permitan una gestión más precisa y una mayor optimización de la generación y el consumo de energía.

¿Qué está ocurriendo con los nuevos modelos de negocio de la transición energética? 

Resulta apasionante observar cómo los nuevos modelos de negocio serán fundamentales para lograr la descarbonización completa de todos los sectores. 

El pasado 1 agosto cerró la primera convocatoria de hasta 156 millones de ayudas para proyectos de nuevos modelos de negocio en la transición energética en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia. 

Esta convocatoria busca financiar proyectos de nuevos modelos de negocio en las áreas “Infraestructuras eléctricas, contadores y datos, promoción de redes inteligentes y despliegue de la flexibilidad de la demanda y el almacenamiento” y que debe financiar al menos 18 proyectos. 

Además, en cuanto a tecnología, en almacenamiento estamos viendo avances significativos en baterías de ion-litio y sistemas de almacenamiento a gran escala

Estas soluciones permiten capturar el exceso de energía generada por fuentes intermitentes, como la solar y la eólica, para su uso posterior, lo que contribuye a la estabilidad y confiabilidad de la red eléctrica.

En lo que respecta al hidrógeno, España está emergiendo como un actor importante en la producción de hidrógeno verde, utilizando energía renovable para su producción a través de la electrólisis del agua. 

Esta tecnología ofrece un potencial enorme como vector energético y combustible limpio en sectores como la movilidad y la industria, para descarbonizar el transporte pesado la siderurgia o la industria petroquímica. 

Sin embargo, el H2 está en una etapa inicial de investigación y a día de hoy su eficiencia con una producción renovable no sale rentable debido al coste de la tecnología, por lo que es necesario seguir aprobando ayudas y fomentando la colaboración público-privada para hacerlo rentable. 

¿Cuáles son las tendencias de las nuevas tecnologías de la transición energética? 

En la actualidad, las tecnologías de almacenamiento a gran escala y los proyectos de hidrógeno están estableciendo nuevas alternativas que permitirán al sistema la transformación necesaria del lado tanto de la generación como del de la demanda, más concretamente de los grandes consumidores. 

Del mismo modo, los organismos públicos están considerando estás nuevas vías emergentes y su posible encaje dentro de las tramitaciones, ayudas y programas a futuros, siendo el hidrógeno verde el único considerado en los planes futuros, como en el caso del PNIEC que pone como objetivo a 2030 11 GW instalados de electrolizadores de hidrógeno. 

Existen dos líneas diferenciadas entre el almacenamiento a gran escala y los proyectos de hidrógeno verde. 

El primero tiene el principal apoyo de las empresas privadas y grandes fondos que invierten permitiendo el desarrollo de tecnologías que pueden llegar a ser clave para descarbonizar y electrificar grandes consumos, principalmente dentro del sector industrial. 

Del lado del hidrógeno, existe una apuesta explícita por parte del sector privado, sin embargo, a esta le acompañan distintas líneas de inversión por parte de la administración y gobiernos a nivel nacional y europeo, destacando líneas de ayudas como las del Programa H2 Pioneros, cuya segunda convocatoria cerró la ventanilla el 31 de julio aquí en España. 

Respecto a los objetivos establecidos para el hidrógeno verde a 2030, la viabilidad está relativamente cuestionada debido las grandes transformaciones que se necesitan llevar a cabo no solo en el ámbito de la generación, sino también para el transporte de este combustible, para lo que no hay unas directrices claras en la actualidad.  

Si tuviera que hacer una lista de prioridades para que el próximo Gobierno electo tenga en cuenta, ¿cuál sería?

El sector de las energías renovables es dinámico y evoluciona rápidamente. El nuevo Gobierno debe estar dispuesto a adaptarse a los cambios tecnológicos y a las nuevas oportunidades que surjan.

Debe hacerlo asegurando que las políticas y estrategias sean flexibles y capaces de responder a las demandas cambiantes del sector.

Desde mi punto de vista es clave una planificación orquestada, donde se acompase el crecimiento de la generación eléctrica renovable con:

  • Incremento de la demanda y almacenamiento energético, esto implica electrificar demanda, 
  • Una demanda y almacenamiento flexible, esto implica promover señales de precios e incentivos para el despliegue de almacenamiento energético y herramientas que permitan la modulación tanto de la demanda como del almacenamiento en valles renovables. 
  • Redes adaptadas para ampliar su capacidad gracias a la digitalización y herramientas que doten de las soluciones necesarias. 

Pero para que todo esto sea posible hay que poner el foco en el ciudadano, como así lo hacen las directivas y reglamentos europeos. 

Por ello, hay que seguir desarrollando una regulación que dote al ciudadano de un rol más activo en el sistema, desbloqueando la flexibilidad de la demanda y la agregación de energía, claves para optimizar la integración de renovables que marcan los objetivos nacionales y europeos. 

Además, la flexibilidad de la demanda genera una serie de beneficios como puede ser la correcta integración de energías renovables, el alivio de las congestiones en la red, ayuda al mantenimiento y equilibrio del sistema en tiempo real.

Asimismo, reduce la necesidad de reforzar la red, bajaría los picos de demanda, reduce los costes de generación y por lo tanto el precio mayorista de la electricidad, pérdidas de carga y las emisiones contaminantes totales. 

Para el consumidor generaría una fuente directa de ingresos además de un acceso a los mercados.

Por ello, para permitir la participación del ciudadano y del consumidor en el sistema se necesitan una serie de cambios en la regulación que faciliten este acceso. 

Si se planifica y se regula de forma óptima, España podría convertirse no solo en exportador de electricidad o hidrógeno verde sino que además atraerá industrias que se localicen en España con el atractivo del sol como combustible verde,  autónomo y coste eficiente para sus procesos. 

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