Desde la eliminación del “Impuesto al sol” las instalaciones de autoconsumo crecen exponencialmente. Entre 2019 y 2023 se sumaron 471.274 nuevas instalaciones que representan 6,7 GW de potencia. 

Sin embargo, existen paneles antes de este período que, según datos recopilados por Tecnifuego, la Asociación Española de Sociedades de Protección contra Incendios, ya se está observando un envejecimiento que aumenta el riesgo de incendios.

Esto se ve agravado por el hecho de que en el momento de su instalación, apenas tenían requerimientos en seguridad contra incendios.

“Sumado a esta particularidad, se detecta falta de mantenimiento y falta de inspecciones periódicas, las cuales son de vital importancia para prevenir incidentes”, describen desde la asociación.

Las causas de estos incendios pueden variar, pero algunas son comunes en todo el mundo. 

El sobrecalentamiento de las células solares y los cables eléctricos, los cortocircuitos, los fallos en los inversores y las descargas eléctricas durante el mantenimiento o la instalación de los paneles son algunas de las principales causas identificadas. 

“Además, la utilización de productos de baja calidad y el diseño deficiente también pueden contribuir a aumentar el riesgo de incendio”, aclaran en su informe.

Asimismo, comparten que, en España, el estudio UNESPA «Siniestros Industriales: Datos 2022-2023» destaca los incendios industriales como uno de los eventos más costosos en términos de reclamaciones de seguros. 

Aunque no se detalla el porcentaje de incidentes debidos a instalaciones fotovoltaicas, se estima que representan aproximadamente el 10% del total de incidentes industriales.

Legislación

La legislación española en materia de seguridad contra incendios establece ciertos requisitos y normativas que deben cumplir las instalaciones industriales, incluidas aquellas que cuentan con paneles solares. 

El Real Decreto 2267/2004, por ejemplo, regula la seguridad contra incendios en los establecimientos industriales y considera la instalación fotovoltaica como un factor que puede aumentar el riesgo intrínseco de incendio.

No obstante, desde Tecnifuego enfatizan: “El cumplimiento de la legislación por sí solo no es suficiente, sino que es fundamental que los propietarios y gestores de estas instalaciones adopten medidas proactivas para prevenir y mitigar el riesgo de incendio”. 

Esto incluye la realización de inspecciones periódicas, el mantenimiento adecuado de los equipos y la contratación de expertos en seguridad contra incendios para evaluar y mejorar la seguridad de las instalaciones.

“Una vez que se decida desarrollar una instalación fotovoltaica debe realizarse la evaluación del riesgo contra incendios que ello supone para revisar cómo afecta al nivel de riesgo del establecimiento donde se implante, tomando las medidas de protección contra incendios pasivas y activas necesarias previamente a su implantación”, advierten. 

Esto ahorrará problemas a corto plazo con el desarrollo de la actividad y con las compañías aseguradoras.

En respuesta a estos desafíos, tanto el sector privado como el público están invirtiendo en investigación y desarrollo para mejorar la seguridad de las instalaciones fotovoltaicas. 

Tecnifuego y otros expertos en seguridad contra incendios están trabajando en soluciones innovadoras para proteger las industrias y las viviendas de los riesgos asociados con el envejecimiento de los paneles solares y otros problemas de seguridad.