Parte de la transición de la matriz energética es crear conciencia y hacer que las nuevas instalaciones renovables sean respetuosas con la naturaleza y tengan un impacto positivo en la sociedad.

Para que esto sea posible, el Director General de la Unión Española Fotovoltaica, José Donoso, sostiene: «Necesitamos un cambio de la cultura del sector, saber que tenemos una responsabilidad sobre un territorio».

Durante la presentación del Informe de casos reales de despliegue de renovables en el territorio considerado como exitosos por su integración y por su aceptación, promovido por la Red de desarrollo Sostenible-SDSN Spain, el directivo planteó dos conceptos básicos en los que se debe basar la promoción de un proyecto: la conservación de la biodiversidad y la reversibilidad.

Bajo la premisa de que una planta fotovoltaica es un sitio donde la actividad humana se reduce casi por completo, propone que estas deben ser pensadas de manera que se conviertan en reservas casi integrales de la naturaleza.

En estos terrenos se conservaría la biodiversidad y se desarrollarían sistemas que puedan propiciar el bienestar de la flora y fauna silvestre.

De esta manera, se cumpliría el otro fin de la instalación: la reversibilidad. Este segundo concepto clave refiere a que, dentro de treinta años, si hay que desmontar esa planta, el terreno no esté igual que antes, sino mucho mejor que al momento de su construcción.

«Bajo estos dos conceptos, desde el punto de vista ambiental y luego desde el punto de vista socioeconómico, se puede impulsar el cambio cultural que necesitamos», enfatizó Donoso, durante su exposición.

En este sentido, para lograrlo, plantea determinadas prácticas saludables, tal como se proponen en los casos de éxito detallados en el informe, como partir de la convicción de un diálogo constante entre todos los actores afectados, para tomar las decisiones.

«Es por esto que no estamos a favor de la expropiación, ya que un acuerdo que pretende durar treinta años no puede partir de la imposición», explicó y añadió que, si hay problemas reales, también hay que tener cuidado, porque a veces lo que sucede es que son conflictos con intereses económicos competitivos encubiertos en buenas intenciones.

En el camino de las buenas prácticas, desde UNEF, con la colaboración de un equipo técnico de profesionales expertos, pusieron en marcha la certificación de excelencia para proyectos renovables.

Este certificado se logra exclusivamente cumpliendo el 100% de los requisitos acordados por entidades privadas, públicas y organizaciones ecologistas, de manera que quien lo obtenga podrá dar garantía de que el proceso de puesta en marcha de su planta es ecológica y socialmente responsable.

Casos de éxito

El primero de los casos de éxito que compartió el referente de UNEF es el de la Solanilla en Cáceres, una planta fotovoltaica de 50 MW, que ha generado 350 empleos local durante las fases iniciales del proyecto.

Durante su desarrollo, siempre ha priorizado la contratación local de servicios y el mantenimiento se hace exclusivamente con personal local.

Allí se evitan los fertilizantes y se utiliza el ganado para el desbroce y control de hierbas. Además, se aplicaron medidas de integración ambiental para «renaturalizar» la planta.

• Se ha mejorado el hábitat del río Magasca con una reforestación de especies locales.
• Se ha construido un primillar con 23 cajas-nido.
• Se ha dispuesto una charca con una capacidad superior a mil metros cúbicos para fauna silviestre.
• Se ha realizado un control de especies invasoras e instalado cinco refugios para reptiles y pequeños mamíferos.

El segundo caso propone el ejemplo de construcción amigable con el medioambiente, puesto que desde UNEF se promueve el reemplazo de hormigón.

Este es el caso de Totana, un parque de 84 MW en Murcia, que a su vez, desde el principio ha promovido un diálogo entre el municipio y la sociedad, comunicando el proyecto de forma adecuada y dando formación específica para personal local.

Asimismo, aquí se fomentó la inclusión de colectivos minoritarios y la igualdad de género en las plantillas y se ha elaborado un plan inclusivo en el que concluyó con la donación de paneles solares para un centro de día para personas con discapacidad intelectual.

«Queremos ser ejemplo y que todos nuestros proyectos cumplan con ese compromiso social y ecológico», concluyó Donoso.