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agosto 4, 2023
Posibles plazos y potencia. La AEE analiza cómo debiera ser la próxima subasta de renovables que lanzará el Gobierno
Juan Virgilio Márquez, CEO de la Asociación Empresarial Eólica, comparte sus expectativas para la próxima subasta de renovables, el interés del sector, cambios en el diseño que podrían implementarse y la necesidad de generar un valor añadido en los territorios donde se construyan los proyectos.

De acuerdo al calendario de subastas aprobado por el miteco en 2020, anualmente se celebrarán las subastas del Régimen Económico de Energías Renovables (REER), separando para la fotovoltaica 1.500 MW en cada año, hasta llegar a los 10.000 MW a través de este sistema, para el año 2026.

En diálogo con Energía Estratégica España, el CEO de la Asociación Empresarial Eólica (AEE), Juan Virgilio Márquez, comenta que dentro del sector continúa habiendo un importante interés por participar en este tipo de mecanismos.

Y seguirá siendo siempre así para un sector como es el eólico, que tiene una cadena de valor 100% instalada en el país. Para un fabricante, es interesante que los promotores vayan a una subasta, porque tienen la garantía de un ingreso y eso hace que la financiación sea más fácil para todos”, agrega el directivo.

Acerca de qué consideraría desde la asociación una “subasta exitosa”, remarca que sería el adjudicar 1.500 MW anuales para la eólica, como se establece en el calendario, y garantizar la ejecución de esos proyectos

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Durante la última convocatoria del programa REER en noviembre del año pasado, de los 3.300 MW de potencia eólica y fotovoltaica, 1.500 MW y 1.800 MW respectivamente, únicamente 45,5 MW eólicos fueron adjudicados.

Poniendo el foco en esa anterior convocatoria, Márquez subraya que desde la AEE han pedido al Gobierno que la potencia que quedó vacante, 1.454,5 MW, se incorpore en la próxima edición del REER, o se divida en las siguientes.

En este sentido, el ejecutivo resalta que los resultados de la anterior subasta, donde la tecnología quedó prácticamente desierta, no se debieron a una falta de participación de promotores, sino a un precio de corte demasiado bajo, en comparación con las ofertas.

Asimismo, señala que existen otros dos riesgos a los que las próximas subastas de renovables deberán de tener en cuenta. Por un lado, la presión actual en la cadena de suministro, que afronta precios mayores.

“Y por el otro, la integración de renovables en el mix energético. Hay determinados nudos que tienen una serie de vertidos, porque la demanda eléctrica no está avanzando con la velocidad que si lo está haciendo la generación renovable”, agrega Márquez.

En esta misma línea, el CEO de la AEE comenta que también hay una serie de aspectos que podrían implementarse dentro de las próximas convocatorias ya que, por una cuestión de tiempos, no se podrían realizar durante esta edición.

“Necesitaríamos una serie de compromisos económicos, industriales y ambientales que hagan que los proyectos tengan un valor añadido para el territorio y para el conjunto de la cadena de valor”, explica el directivo.

Además, señala la necesidad de contar con convocatorias que brinden un valor añadido al entorno en cuanto a generación de empleo, fomento de la cadena local y a prioridad para los proyectos más maduros en cuestiones medioambientales.

“Pero el más importante es el valor industrial, que los componentes sean fabricados por la industria española o europea. Tenemos que conseguir que esas subastas traccionen industria y componentes fabricados en nuestro país”, recalca el ejecutivo.

Plazos

En lo que se refiere a los plazos de esta convocatoria, resalta que, hasta que se defina quién estará a cargo del Gobierno español, es posible que esta convocatoria se retrase para los primeros meses del 2024.

El sector cuenta con que haya un cupo anual de eólica que se subaste. Entendemos que hay tiempo de sobra, el mecanismo es muy parecido y debería poder sacarse este año”, agrega el ejecutivo.

Siguiendo con esta idea, subraya que, aunque se celebre a finales de este año comienzos del siguiente, plantear un límite para la ejecución de los proyectos en 2025 es “riesgoso”, y propone estirar esos plazos hasta el 2026, o incluso 2027.

“Con el diseño actual que tienen las subastas, necesitaríamos un plazo razonable para que los proyectos se pusieran en marcha. Se tiene que tener en consideración que los promotores pueden estar enfrentándose a una serie de hitos administrativos que están teniendo retrasos”, analiza el directivo.

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