Este mes, el MITECO publicó las bases reguladoras de dos convocatorias para almacenamiento. Por un lado, está la línea de ayudas para proyectos de generación electricidad y calor a partir de energías renovables, donde también se marca la incorporación de almacenamiento eléctrico y térmico.
Así también, a comienzos de junio, se lanzó a audiencia pública la primera convocatoria de ayudas a proyectos de almacenamiento innovadores, con un presupuesto de 160 millones €. De los cuales, 150 millones € estarán destinados a sistemas «stand alone», y los 10 millones € restantes para proyectos térmicos.
En diálogo con Energía Estratégica España, el Director de ASEALEN, Raúl García Posada comenta que desde la asociación hacen una valoración “positiva” de este tipo de convocatorias, y su impacto en el desarrollo de esta tecnología.
“En la primera, se plantea la incorporación de sistemas de almacenamiento, tanto para energía eléctrica como térmica. Lo cual es fundamental para incrementar la integración de energía renovable en la producción de energía eléctrica para calor industrial y residencial”, explica el directivo.
Mientras qué, de la segunda convocatoria destaca que “las expectativas son buenas” por parte de ASEALEN, ya que permitirá el desarrollo de instalaciones de almacenamiento de mayor tamaño y duración, que según el documento del Gobierno deberá ser igual o superior a 4 horas sobre 5 MW.
En ambos casos, el ejecutivo hace hincapié en que restará ver la presentación de las convocatorias para conocer al detalle los documentos, y poder estimar cuánta potencia de almacenamiento podría sumarse por estos emprendimientos. Asimismo, esto es algo que variará dependiendo de las puntuaciones y los tipos de emprendimientos que participen.
“Por ejemplo, en las subvenciones para proyectos innovadores, se establece únicamente un presupuesto de 10 millones € para almacenamiento térmico, pero no tenemos un aproximado de cuántos proyectos o cuanta potencia podría generarse”, indica García Posada.
Asimismo, señala que las bases de la convocatoria para proyectos “stand alone” aún está en fase de borrador, y a su vez, que de cara a la publicación definitiva esperan “una mayor claridad” en si se utilizará energía eléctrica o energía térmica.
Plazos de ejecución
Ambas convocatorias establecen la fecha límite para la ejecución de las instalaciones para mediados del 2026. La convocatoria de generación de electricidad y calor cuenta hasta el 30 de junio de ese año, mientras que, la de proyectos innovadores entre el mismo 30 de junio y el 30 de diciembre.
“Para los proyectos de baterías, que ya tengan iniciadas sus tramitaciones ambientales, son unos plazos realizables. Pero para otras tecnologías, como las hidroeléctricas, no lo es, porque la construcción en sí misma va a durar unos tres años, como mínimo”, explica el directivo.
En este sentido, recalca que para los sistemas de bombeo reversible el plazo es ampliable hasta el 2030, una medida que sugiere incorporar para otras tecnologías de almacenamiento que también la requieran.
“Es algo que habría que valorar, siempre y cuando los desarrollos del proyecto lo justifiquen. Otros tipos de almacenamiento mecánico, como el aire líquido o tecnologías con almacenamiento térmico, también necesitan dos o tres años mínimos de construcción”, remarca el ejecutivo.
Avances normativos
Por otro lado, el Director de ASEALEN pone el foco en el avance de un marco normativo para el almacenamiento en un año electoral para el país: “No tenemos expectativas de que haya un gran cambio en ese sentido, con este Gobierno o si hay un cambio de mandato”.
“Todo los esfuerzos administrativos están puestos hacia la creación de un instrumento específico, basado en los mecanismos de capacidad del marco europeo. Habrá que esperar a ver las nuevas propuestas de herramientas de flexibilidad, dentro de la propuesta de reforma del mercado eléctrico. Hasta que eso no se resuelva, no esperamos cambios”, comenta García Posada.
Mientras qué, sobre la reforma del PNIEC y un posible aumento de los objetivos para el almacenamiento en España, resalta que las necesidades de instalación para esta tecnología serán marcadas por la generación renovable que se instale.
“Por el lado del almacenamiento en baterías, puntualmente dependerá un poco de las propuestas que hayan salido de las ayudas al almacenamiento híbrido, mi expectativa personal es que si se incrementan esos objetivos de 2.500 MW”, concluye el ejecutivo.
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