A mediados de este mes, el Instituto Tecnológico de Canarias anunció la puesta en marcha de«Biogreenfinery», la primera biorrefinería experimental 100% renovable en el continente europeo.

Esta instalación ocupa una superficie de 2.000 m2 ubicados en las instalaciones que el ITC tiene en Pozo Izquierdo, al sureste de la isla de Gran Canaria. Y está equipada con dos electrolizadores de 1 kgH2/h y 3 kgH2/h y un generador de nitrógeno 4,2 kgN2/h.

En diálogo con Energía Estratégica España, el Jefe del Departamento de Energías Renovables en el Instituto Tecnológico de Canarias, Salvador Suárez, comenta alguna de sus características y explica el porqué decidieron apostar por esta instalación.

“Biogreenfinery nos está permitiendo tomar el hidrógeno verde, con un electrolizador que tenemos dentro de la biorrefinería, combinarlo con nitrógeno, y poder sintetizar amoníaco verde”, explica el especialista.

Uno de los objetivos de esta instalación es testear la producción de hidrógeno verde para su uso en el transporte terrestre, y de amoniaco renovable para el transporte marítimo.

“Vamos a utilizar ese amoníaco verde como un vector energético. Tiene ciertas ventajas sobre el hidrógeno puro, ya que necesita de una menor presión para usarse como combustible líquido, lo que facilita su almacenamiento, distribución y uso”, destaca el experto.

Cabe destacar que Biogreenfinery opera mediante autoconsumo energético, aislada de la red, gracias a un sistema híbrido compuesto por una planta eólica-fotovoltaica y un grupo de biodiésel, producido en el mismo centro de investigación, que aporta la energía renovable necesaria para producir hidrógeno verde.

“Y pensando más a largo plazo, la biorrefinería también incluirá una pequeña planta de biodiésel y glicerina, en la cual usaremos aceite vegetal usado”, remarca el Jefe del Departamento de Energías Renovables en el Instituto Tecnológico de Canarias

Suárez comenta que, dentro de esta segunda etapa del proyecto, la idea del Centro Tecnológico de Canarias es tomar la glicerina producida, transformarla en gas de síntesis, combinarlo con hidrógeno renovable y producir metanol sintético.

“Y eventualmente, la idea es ser capaces de producir, a partir del viento y del sol de Canarias, queroseno sintético. Lo cual nos permitirá descarbonizar el transporte aéreo también”, señala el especialista.

Explicando el porqué se decidieron por apostar a este tipo de instalaciones, el experto señala que Gran Canaria es una isla no interconectada, que tiene problemas de cara a la creciente penetración de energías renovables y su aprovechamiento.

“Hay problemas técnicos en las redes pequeñas y débiles insulares, tenemos que buscar alternativas para intentar, desde el lado de la demanda, poder gestionar ciertas cargas eléctricas”, subraya Suárez.

En este sentido, indica que para evitar cortes de generación de los parques renovables, es necesario que la Comunidad en su totalidad adopte una estrategia que incluya el almacenamiento energético, y en este papel entra la apuesta por el hidrógeno renovable.