Al inicio de diciembre la participación de la eólica en la producción de energía, según Red Eléctrica España, fue de entre 23 y 43,6 por ciento.
Este año se espera que la cifra de nueva potencia instalada eólica alcance los 1.500 MW pero esta tendencia continua de crecimiento podría verse afectada por el hito administrativo del 25 de enero que condicionará los próximos años, advierte Juan Virgilio Márquez, CEO de la Asociación Empresarial Eólica (AEE).
En una entrevista para Energía Estratégica España, el ejecutivo ahonda en lo ocurrido durante el 2022 y lo que se espera para el 2023, destaca las principales enseñanzas sobre el sector empresarial, la permisología y la necesidad de no volver a desaprovechar la oportunidad de crear un mercado propio de eólica marina.
¿Cómo definiría este año para la eólica en España?
Este año estamos recuperando un poco más de ritmo, estamos a final de noviembre con 1,2 GW instalados y eso es algo que nos da esperanzas en el sentido que estamos en senda creciente.
El 2022 es un año del que hay que sacar bastantes lecciones aprendidas.
Hemos mejorado el ritmo de incorporación, aunque no es para nada suficiente. Tenemos que incorporar cerca de 2 GW al año.
Por otro lado, nos preocupa la situación de la industria: sobrecostes de materias primas, sobrecostes de los fletes, un retardo en todo lo que es suministro de componentes que afectan al cumplimiento de los contratos y unos compromisos que las fábricas tenían con sus clientes que han mantenido.
Con precios de antes de la crisis, han tenido que suministrar equipos en tiempo y forma al valor alcanzado durante la crisis.
La lección en este sentido es que es necesario que haya una política de refundación de la industria europea y que las políticas energéticas industriales y de innovación en Europa estén muy bien sincronizadas.
Competir con estructuras de costes asiáticas es muy difícil, por tanto lo que tenemos que conseguir es liderar en el valor añadido.
Debemos ir por delante cuatro o cinco años en los desarrollos tecnológicos. No se trata de fabricar lo mismo al mismo precio, pero se trata de fabricar mejores desarrollos tecnológicos y los más disruptivos.
Por último, la permisología no está yendo al ritmo que se necesita para poner en marcha el PNIEC.
Si este no va al ritmo adecuado, los proyectos no avanzan, si los proyectos no avanzan los promotores no hacen encargues a las fábricas y si esto no ocurre, las fábricas tienen capacidad ociosa y deben empezar a coger encargues del extranjeros.
Cuando llega el momento, no hay capacidad productiva en España y hay que importar los equipos, entonces estamos desaprovechando nuestra capacidad industrial local equivalente a 4 GW al año.
De manera que para lograr instalar 2,2 GW al año, deberán tramitarse muchos más ya que no todos van a estar aprobados y si no alcanzamos esa cifra, lo que tenemos es un desaprovechamiento completo de nuestras fábricas.
¿Cómo afecta a la eólica la cantidad de MW en riesgo de perder el acceso el próximo 25 de enero?
En este momento existen 18 GW de potencia eólica pendientes de tener la aprobación ambiental antes del hito administrativo del 25 de enero.
Si estos no lo obtienen, perderán el acceso y los avales.
Hay un conjunto importante de proyectos -que no sabemos cuántos son- que no tienen que ver con retrasos que dependieron de los promotores.
Lo mínimo que tiene que tener una empresa es una resolución en un expediente donde quede sentado si es positivo o negativo.
Pero no decir nada y que caduquen los proyectos, se les ejecuten los avales y pierda el acceso es un perjuicio que la empresa no tiene por qué tolerar.
Entonces nos enfrentamos a una situación de pérdidas patrimoniales por todos los gastos incurridos en la administración y a una pérdida de accesos importantes.
Hay unos 5,5 GW que cuentan con aprobación administrativa. Eso nos da un escenario a dos o tres años.
Entonces, ahora mismo tenemos un pipeline de 5,5 GW más los que se salven en enero para que se instalen de aquí a mediados de 2024, con lo cual, estamos a un nivel razonable.
El problema es: si no conseguimos esa cantidad de proyectos en tramitación ambiental positiva, luego viene un vacío.
Porque si todos estos proyectos caducan, hay que empezar de cero y estos proyectos que se finalizarían en dos o tres años, se realizarían en cinco o seis.
Por eso creemos que quien ha hecho bien los deberes y la administración no ha llegado a dar respuesta, pueda tener un poco más de tiempo para que se analice el proyecto y no se pierda.
¿Hay una solución?
Este no es un problema de ahora, es de toda la década porque siempre habrá proyectos tramitándose por el interés del sector en España, por eso será necesario dotar de recursos humanos que agilicen el proceso.
Pese al reglamento que quiere aprobar Europa para ser mucho más agresivos en este sentido, creemos que será muy difícil implementar el ritmo de trabajo en algunas comunidades como en Galicia, Asturias, Cantabria, País Vasco, Cataluña.
¿Qué esperar de los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM)?
Los POEM deberían haberse publicado en mayo de este año.
Si se ha retrasado ha sido porque se han intentado mayores entendimientos con algunos sectores que son también usuarios de la mar y se ha decidido a dedicar más tiempo a conciliar con ellos, principalmente la pesca.
El borrador que se sacó el año pasado después de llevarlo a consulta pública, ya hemos comunicado que renunciamos aproximadamente a un 25% de las zonas.
Es decir que hemos tenido un gesto claramente constructivo y en pro de buscar entendimiento con todos aquellos sectores que tienen que coexistir con la eólica marina.
Entendemos que lo que salga -NdelR: Entrevista realizada el 15/12/22, antes de la última disposición del 16/12/22- será en zonas donde las profundidades sean grandes, por lo que la flotante será la tecnología que más aplique en España.
Pero eso no significa que se pueda poner un parque a mil metros de profundidad porque el coste sería enorme.
Con lo cual estamos interesados en zonas de entre 500 y 200 metros de profundidad, con un buen recurso y que estén cerca de zonas donde se puedan conectar a la red en España.
Si esas condiciones se cumplen, habrá parques eólicos marinos. Si no se cumplen, no será viable.
¿Cómo podría impactar ese retraso en la publicación de los POEM?
Nosotros hemos realizado el trabajo en todo este año garantizando éstas condiciones.
Somos muy conscientes de que somos los últimos en llegar y debemos ser sensibles a todas las realidades de la pesca y de cualquier otra como el turismo, la navegación, etc.
Pero la realidad es que necesitamos determinadas condiciones para hacer viables nuestros proyectos. No es un tema de capricho, es de necesidad del sector y del país.
Un parque eólico marino ahora mismo está generando lo equivalente a cinco mil, incluso las 5500 horas al año, mientras que el mejor parque terrestre, ubicado en la mejor zona con la última tecnología, está en 4500 horas al año.
Estamos frente a una oportunidad de producir energía limpia, estable, con una firmeza mucho mayor a la terrestre, porque el viento de altamar es mucho más constante que no nos podemos permitir el lujo de desaprovecharlo.
Ya ocurrió en la primera década del siglo XXI, cuando había 9 GW de proyectos de tecnología fija y no se consiguió realizar ninguno.
Esta es una segunda oportunidad que tenemos que no podemos dejar pasar.
Sin POEM no hay plan de nada, pero no será lo único, ya que a partir de allí necesitaremos la actualización de la regulación que data del 2007 y no vale para tramitar parques eólicos marinos.
Además, un calendario, diseño y convocatoria de la primera subasta en la primera mitad del año y la garantía del acceso de conexión a la red.
Ya que en la subasta se adjudica todo: la zona, el acceso a la red y el régimen retributivo. Por tanto, es crucial tener todo eso desarrollado.
¿Cómo debería ser esta primera subasta para que no quede desierta?
Si se quiere tener eólica marina en España, hay que crear una subasta muy sencilla, exigir solvencia técnica y económica y tiene que tener unos precios máximos que sean acordes a la realidad y a los riesgos que implica el proyecto porque merece la pena.
Si España no crea su mercado local, nuestra industria naval y de eólica marina se verá muy penalizada.
Podemos hacer una subasta pequeña para probar, que puede ser en Canarias.
O podemos hacer una grande para toda la península con diferentes emplazamientos, dejando en libertad a que los diferentes actores propongan los proyectos donde los han venido desarrollando porque creen que pueden ganar.
Para mí la subasta exitosa será la que se adjudique los MW para poder llegar al 2030 con 3 GW instalados.
¿Qué rangos de precios se esperan?
Estaremos atentos a la subasta de Francia a ver a qué rangos de precios adjudica y dará una referencia por dónde estarán los precios.
Por los cálculos de los estudios que están realizando las consultoras, estamos en precios que nos van a sorprender positivamente porque hay emplazamientos muy buenos.
Es cierto que el rango de precios tendrá que ser más alto que el de 45 euros que es el de la terrestre, pero estoy convencido de que será menor a los 100 euros, tranquilamente.
Los estudios avanzados dicen que con un mercado de 7 GW a nivel mundial la tecnología flotante puede llegar a bajar de los 60 euros.
Con lo cual si hay dos o tres mercados que tiren para el mismo lado, será un efecto tractor de la tecnología muy positivo.
¿Cree que se realizará la subasta antes de la primera mitad del 2023?
El Gobierno ya se ha comprometido a tener los POEM aprobados antes de fin de año y el paquete regulatorio de la eólica marina a consulta pública.
Entendemos que tienen que estar aprobados porque no hay razones para seguirlo retrasando y si sale a consulta pública en un corto plazo y todos hacemos nuestro trabajo bien, hay tiempo de sobra para lanzar la subasta la primera mitad del 2023.
Es que si no la convocamos en el 2023 no vamos a cumplir el objetivo de 2030 que establece España.
Un parque eólico marino lleva algo de siete años, por lo tanto hay que convocar a la subasta ya para poder tenerla publicada el año que viene y trabajarla ya con los objetivos claros.
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