Ayer martes 21, el Parlamento Europeo trató la legislación destinada a impulsar la producción manufacturera de Europa en tecnologías necesarias para la descarbonización: la «Ley de la industria Net-Zero». Fue aprobada por 376 votos, hubo 139 en contra y 116 abstenciones.
Ahora, una vez que el Consejo Europeo adopte también su posición, podrán comenzar las conversaciones sobre la forma final de la ley.
Ésta establece el objetivo de que Europa produzca el 40% de sus necesidades anuales de implementación en tecnologías net-zero (renovables y limpias) para 2030, sobre la base de los Planes Nacionales de Energía y Clima (PNIEC) y capture el 25% del valor del mercado global para estas tecnologías.
También pretende abordar los desafíos que plantea la ampliación de las capacidades de fabricación en estas tecnologías.
La ley fue aprobada con enmiendas. Allí los eurodiputados ampliaron el alcance de la propuesta para abarcar toda la cadena de suministro, incluidos componentes, materiales y maquinaria para producir tecnologías netas cero.
Propusieron una lista más amplia y completa de tecnologías a cubrir, que se actualizará periódicamente.
En particular, los eurodiputados incluyeron tecnologías de fisión y fusión nuclear, combustibles de aviación sostenibles (SAF) y tecnologías industriales específicas.
Valles industriales netos cero
La ley mantiene dos clasificaciones de proyectos: proyectos de fabricación de tecnología neta cero y proyectos estratégicos neto cero.
Respecto a este último los eurodiputados proponen la creación de iniciativas de «Valles industriales netos cero», acelerando el proceso de obtención de permisos al delegar partes de la recopilación de pruebas de la evaluación ambiental a los estados miembros.
La legislación asignaría financiación procedente de los ingresos del Sistema de Comercio de Emisiones (ETS) nacional y para la mayoría de los proyectos estratégicos a través de la Plataforma de Tecnologías Estratégicas para Europa (STEP), un paso hacia un fondo de soberanía europeo, dicen los eurodiputados.
Respecto de agilizar procesos, la duración de concesión del permiso para proyectos de fabricación de tecnología neta cero no excederá ninguno de los siguientes límites de tiempo:
- (a) 9 meses para la construcción de proyectos de fabricación de tecnología neta cero con una capacidad de fabricación anual inferior a 1 GW;
(b) 12 meses para la construcción de proyectos de fabricación de tecnología neta cero, con una capacidad de fabricación anual superior a 1 GW.
- Para proyectos de fabricación de tecnología neta cero para los cuales la capacidad de fabricación anual no se mide en GW, el proceso de concesión de permisos no excederá un límite de tiempo de 12 meses.
- Para la ampliación de la capacidad de fabricación en las instalaciones de fabricación existentes, los plazos a que se refieren los apartados 1 y 2 se reducirán a la mitad.
- En casos excepcionales, cuando la naturaleza, la complejidad, la ubicación o el tamaño del proyecto propuesto así lo requieran, las autoridades competentes podrán ampliar los plazos a que se refieren los apartados 1 y 2 un máximo de 1 mes antes de su expiración y caso por caso base del caso.
Cuando las autoridades competentes consideren que el proyecto propuesto plantea riesgos excepcionales para la salud y la seguridad de los trabajadores o de la población en general, y cuando sea necesario tiempo adicional para establecer que se implementen las salvaguardias adecuadas, podrán ampliar esos plazos otros 6 meses, antes de su vencimiento y caso por caso.
Por otro lado, el artículo 19 fija condiciones de la “contribución a la sostenibilidad y la resiliencia en los procedimientos de contratación pública”.
Allí, en su inciso 4 bis, acerca de los poderes adjudicadores sobre condiciones de precualificación a los procedimientos de contratación pública se fija un posicionamiento frente a productos asiáticos, se propone que “no más del 50 % de la parte correspondiente a tecnologías de cero emisiones netas de la oferta, medida en el valor financiero de los equipos determinado de conformidad con el Reglamento (UE) n.º 952/2013, procederá de terceros países no signatarios del ACP”.
La mirada de la SolarPower Europe
Uno de los aspectos que remarca Dries Acke, director de políticas de SolarPower Europe sobre el proyecto de Ley Net Zero fue que “utilizar criterios distintos del precio es una buena idea para recompensar las tecnologías más sostenibles y producidas más localmente”.
El directivo hace referencia a que “se dará a la contribución a la sostenibilidad y la resiliencia una ponderación de entre el 35 y el 50 % de los criterios de adjudicación, teniendo en cuenta la contribución tanto a la sostenibilidad como a la resiliencia de manera equilibrada, sin perjuicio de la posibilidad de dar una mayor ponderación a los criterios del artículo 19, apartado 2, letras a) y b), cuando proceda con arreglo a la legislación de la Unión, y de cualquier límite para los criterios no relacionados con el precio que establezcan las normas sobre ayudas estatales”, propone el artículo 20.
Aunque, Acke aclara: “sin embargo, hemos dejado claro que un cambio fundamental en las subastas y adquisiciones públicas como este debería implementarse gradualmente y adaptarse al punto de partida específico de la cadena de suministro de la energía solar fotovoltaica, como también propone la Alianza Europea de la Industria Solar”.
“Sería un error aplicar estos criterios de forma generalizada a todas las subastas y a todas las tecnologías por igual desde el primer día. Por lo tanto, nos complace ver la propuesta del Parlamento de contar con orientación tecnológica específica de la Comisión Europea seis meses después de la adopción de la Ley sobre cómo y cuándo aplicar estos criterios no relacionados con el precio”, resalta.
Pero para el directivo de la SolarPower Europe la introducción de criterios de precalificación sobre contenido local es muy negativo, porque “significa que las tecnologías que se producen parcialmente fuera de Europa ni siquiera pueden participar en subastas públicas. Esta es una señal de alerta para el sector solar y para aquellos comprometidos con los objetivos climáticos y de seguridad energética de la UE”.
Fondo
Los parlamentarios indicaron que se necesita una cantidad considerable de tecnología de energía limpia para ayudar a alcanzar los objetivos climáticos de Europa para 2030 y 2050.
Europa importa en gran medida estas tecnologías y muchos países no pertenecientes a la UE han intensificado sus esfuerzos para ampliar su capacidad de fabricación de energía limpia.
El reglamento propuesto tendría como objetivo garantizar que, para 2030, la capacidad de fabricación en la UE para estas tecnologías estratégicas de emisiones netas cero alcance un punto de referencia general de al menos el 40% de las necesidades de implementación anual de la UE.
También establecería un objetivo a nivel de la UE para la capacidad anual de inyección de CO2 para 2030 (50 millones de toneladas).
“Con la adopción de esta propuesta, los eurodiputados demuestran que se toman en serio el objetivo de hacer que Europa sea apta para la fabricación industrial. Sin estas medidas para reducir la carga administrativa, acelerar los procesos y aumentar la inversión pública en nuestra industria e innovación, Europa enfrentaría la descarbonización mediante la desindustrialización. Esta propuesta demuestra que podemos evitarlo”, afirmó el eurodiputado Christian Ehler, tras la aprobación de la ley.
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