Pese a que los niveles de consumo energético continúan por debajo de los registrados durante la pandemia de COVID-19, desde el sector que desarrolla el hidrógeno verde aseguran que aún la tecnología es muy incipiente para impactar significativamente. 

“El hidrógeno va a caminar despacio, para nada a un ritmo que pudiera mantener el ritmo de instalación de renovables si la red empieza a estar saturada, ya que ahora mismo es complejo desarrollar proyectos dada su baja rentabilidad”, escribió Marcos Rupérez, ingeniero y consultor de hidrógeno independiente en su perfil de LinkedIn. 

Asimismo, añade que “en el mejor de los casos podría mitigar la crisis pero no evitarla”. 

Según los datos de Red Eléctrica España, el 2023 acumuló 244.665 GWh, un descenso del 2,3% respecto al año anterior y 2,15% menos que en el 2020. 

En el acumulado de los dos primeros meses del 2024, España ha registrado una demanda de 42.181 GWh, un 0,5% menos que en el mismo período de 2023; sin embargo, una vez tenidos en cuenta los efectos del calendario y las temperaturas, la demanda aumenta un 0,8%.

En este contexto los generadores de energías renovables se mantienen alerta por la rentabilidad de sus proyectos y se debaten cuáles son las mejores opciones para acelerar la electrificación de las diferentes actividades. 

El mercado diario marca cada vez más horas con valor 0 €, amenazando el desinterés de las inversiones en los parques fotovoltaicos y eólicos, asociado a los curtailments, tanto técnicos por incapacidad de red como por falta de demanda. 

Mientras que un sector apuesta por la re-industrialización de España, otros subrayan la necesidad de acelerar el parque de vehículos eléctricos y la electrificación de los sistemas de calefacción de las viviendas, tal como lo señala Kim Keats Martínez en este artículo. 

No obstante, en diálogo con Energía Estratégica España, Rupérez señala que «nada va a hacer crecer la demanda al ritmo que los promotores fotovoltaicos y eólicos querrían para mantener el ritmo de instalación».

En esta línea sostiene que será indispensable ajustar la actividad al crecimiento de la electrificación. 

«La demanda eléctrica en España lleva parada desde 2008, no está creciendo y todas las tecnologías que podrían hacerla crecer son tecnologías nuevas, de nueva implantación social y dispersas en el territorio”, explica el consultor y subraya la necesidad de revisar el plan de expansión “rápida, masiva y sin control de renovables”.