El próximo 17 de diciembre, el Congreso de España definirá quién será el próximo Presidente del Gobierno nacional, entre Pedro Sánchez del PSOE y Alberto Núñez Feijoo del PP, siendo este último quien recientemente fue elegido por el Rey Felipe VI como candidato a la investidura.

Uno de los aspectos más importantes que tendrá que tratar el próximo Gobierno es el borrador de la actualización del PNIEC, en el que se plantean aumentos en los objetivos de potencia para la mayoría de las tecnologías renovables. Este documento estará en consulta previa hasta el mes de septiembre, y luego será remitido a la Comisión Europa para una revisión.

En diálogo con Energía Estratégica España, el Profesor de EOI y consultor en Nuvix Consulting, Alejandro Diego Rosell, comenta: “No cualquier Gobierno estará contento con un PNIEC más ambicioso”.

En este sentido, el especialista señala: “Algunos miembros de Vox dicen que hay un descontrol en la implantación de las renovables, y proponen una ralentización del control”.

Asimismo, destaca que incluso en los extremos derecho e izquierdo del espectro político, se encuentra con una resistencia ante el desarrollo masivo de renovables.

Por otro lado, de un punto de vista técnico, remarca: «Para que se pueda alcanzar el PNIEC, un futuro gobierno creo que tendría que actuar en paralelo y con urgencia en fomentar la demanda (movilidad, industria) y agilizar los procesos de almacenamiento”, explica el experto.

En este sentido, comenta algunas medidas que el próximo Gobierno español podría llevar a cabo para promover estos aspectos, comenzando por la demanda para esa generación renovable.

“Por un lado, podrían estar las tarifas dinámicas y flexibles, tarifas eléctricas que varíen según la oferta y la demanda en tiempo real. Esto podría incentivar a los consumidores a utilizar más electricidad durante períodos de excedente de generación renovable, reduciendo la necesidad de apagar plantas de energía renovable cuando la demanda es baja”, destaca Rosell.

Otro punto en el que hace hincapié es incrementar las ayudas a la electrificación, o en todo caso hacerlas más ágiles, en tecnologías eléctricas, como vehículos eléctricos, bombas de calor y sistemas de calefacción eléctrica.

Cabe recordar que, según el documento que se encuentra en consulta previa, España tendrá un aumento en la demanda de electricidad de un 12%, en contraposición con las cifras actuales que se muestran a la baja.

“También está el fomento de la industria de la minería de criptomonedas. Aunque es una medida controvertida, permitir y fomentarla en el país podría generar una demanda significativa de electricidad. Sin embargo, esto debería abordarse con precaución para garantizar que la demanda adicional no sobrecargue la red eléctrica ni interfiera con los objetivos de sostenibilidad”, agrega el experto.

Entre otras de las medidas que menciona están: La electrificación de la industria que actualmente depende de combustibles fósiles; el desarrollo de infraestructura de carga; generar estímulos para el uso residencial de energía; crear plataformas de consumo colaborativo; la publicidad y concienciación pública; y programas de incentivos económicos.

“Es importante tener en cuenta que cualquier medida poco ortodoxa debe ser evaluada cuidadosamente en términos de su impacto ambiental, económico y social. Se deben considerar tanto los beneficios potenciales como los posibles riesgos antes de implementar estas medidas”, advierte Rosell

Mientras qué, por el lado del almacenamiento, comenta que está a favor de implementar un mercado de capacidad, como así también de una mayor claridad en la regulación.

“Asimismo, facilitar la tramitación de proyectos de bombeo simplificando y agilizando los trámites sería crucial, actualmente los desarrollos de bombeo son interminables”, subraya el experto.

Cabe señalar que, de acuerdo al borrador del PNIEC que está en consulta previa, España contaría con 22 GW de potencia en almacenamiento energético para 2030, tanto diario, como semanal y estacional.